Por Roque Morán Latorre. La autoridad del GRI, específicamente Ernst Ligteringen, su CEO, ha sido muy claro en expresar, en repetidas ocasiones, que el GRI, al calificar las memorias de sostenibilidad, sólo se limita a certificar que una memoria ha cubierto los indicadores y protocolos de su Guía G3. Esto quiere decir que, en nada, hay una constatación de que lo que se dice en dicha memoria es fidedigno; tampoco existe una comprobación del GRI de que la empresa verificadora ha cumplido con ciertos requisitos, en caso de que haya habido una verificación externa de dicha memoria.
En mi país –Ecuador- hay un dicho, traído oportunamente para lo que nos estamos refiriendo: “creada la ley hecha la trampa”, a esto lo acompaña un calificativo, para tildar a quienes se aprovechan de las circunstancias para obtener provecho propio: “viveza criolla”. Con mucho pesar constato que estos elementos lo han utilizado algunas organizaciones para sus memorias de sostenibilidad.
Y es que no basta la publicación de una Memoria de Sostenibilidad para pretender decir que una empresa es transparente o socialmente responsable. Ni siquiera basta lograr una calificación del GRI. La publicación de una Memoria de Sostenibilidad, bajo la Guía G3, del Global Reporting Initiative, no debería ser manipulada para maquillar la imagen de una empresa sino para traslucir su verdadera operación, sin tener que utilizar rimbombantes artificios gráficos, ni retórica intrascendente, ni otros elementos que –éticamente- resultan cuestionables.
Tengo en mi mesa de trabajo seis memorias de sostenibilidad de empresas ecuatorianas y otra de una multinacional que labora en Ecuador, todas estas afirman haber sido construidas bajo los lineamientos de la guía G3 del GRI. Sin embargo de la satisfacción que ocasiona la publicación de estas memorias, que deberían reflejar el avance de la auténtica responsabilidad social en Ecuador, me conmociona una gran inquietud al constatar que, de algunas de ellas, sin embargo de su alta calificación del GRI, dudo de su veracidad, por lo que pretendo en este artículo exhibir unas pocas pinceladas que podrían guiar a quien lea que se encuentre ante la oportunidad de comparar cuál de las memorias de sostenibilidad es auténtica, cuál vale la pena, cuál es la confiable y veraz.
Lo de fondo: una lección de Aristóteles en el siglo IV AC
El pasado 16 de octubre de 2008 el IESE compendió en un artículo el informe de sus profesores Brian O'Connor Leggett y Josep Maria Rosanas, con el título “El arte de la persuasión en tiempos de incertidumbre”, donde, precisamente, se profundiza en el análisis del uso de herramientas de comunicación en el proceso de la gestión empresarial. Esto se relaciona perfectamente con la publicación de las llamadas memorias de sostenibilidad. Para los autores -dice el IESE- la base de una comunicación eficaz es la estructura tridimensional de la retórica de Aristóteles, que la transcribo, casi, de manera textual:
1. EL ETHOS (ÉTICA, CREDIBILIDAD), se refiere a la personalidad de quien comunica y es tal vez el más importante de los tres elementos. El propio Aristóteles era consciente de la tentación de abusar del proceso retórico cuando hay falta de ethos. Basó su idea del ethos en su creencia de que la verdad y la justicia siempre prevalecerán sobre la maldad. Creía que lo que era cierto y mejor era más fácil de demostrar y tenía más probabilidades de convencer.
2. EL PATHOS (EMPATÍA, SINERGIA), el segundo de estos elementos, se refiere al uso eficaz de la psicología de la audiencia. El pathos puede ser visto como la capacidad de conducir a la audiencia al estado emocional deseado. Consiste en conectar emocionalmente con la audiencia de modo que acepte nuestro mensaje.
3. EL LOGOS (COMPRENSIÓN Y ACEPTACIÓN), este tercer elemento se basa en la lógica inductiva y deductiva. En el logos, inventamos los argumentos para lograr el consentimiento de la audiencia y para defender nuestras ideas.
Aristóteles, hace 2400 años, deja sentados estos principios sobre los que una memoria de sostenibilidad debería ser elaborada. Esto, como un aspecto de fondo, que es aconsejable analizar cuando se realiza una memoria de sostenibilidad.
Lo de forma: diez (10) aspectos fundamentales que develarían la legitimidad de una memoria de sostenibilidad
1. ¿Fue una alta gerencia, o una autoridad de cúpula, quien lideró directamente, sin delegaciones, el proceso para la elaboración de la Memoria de Sostenibilidad?
2. ¿Estuvo profundamente involucrada, esa autoridad, en la constatación de que los datos, cifras y hechos, fueran totalmente fidedignos?
3. ¿La consultoría, o la empresa consultora -si la hubo-, para guiar la elaboración de la Memoria de Sostenibilidad, fue DISTINTA a la que efectuó la verificación externa?
4. ¿De la empresa verificadora: se constató -de manera objetiva- su prestigio y autoridad, logrados con base en una probada trayectoria de experiencia en la verificación de MDS y de su conocimiento profundo en el tema?
5. ¿Se prefirió dar preponderancia a la opinión y calificación de los stakeholders de la empresa, antes que a la autoalabanza de la Dirección de la misma empresa?
6. ¿En la Memoria de Sostenibilidad publicada prevalecen cifras, datos y hechos más que fotografías y lindos mensajes con estudiada retórica?
7. ¿Se puede asegurar que las políticas, procesos y acciones que condujeron al resultado de esa Memoria de Sostenibilidad, tienen la sostenibilidad indispensable para garantizar su permanencia en el tiempo?
8. ¿Se involucró, periódicamente, durante el proceso de elaboración de la MDS, a todo el staff directivo de la empresa, para intentar cubrir brechas que permitan un mejoramiento continuo de su RSE?
9. ¿Se involucró también al Directorio de la empresa, aunque tan sólo haya sido al inicio y al final del proceso?
10.¿Se incluyeron en la MDS todos los indicadores, sin embargo de que alguno de ellos podría ser ocasión de crítica adversa por parte de los stakeholders?
2 comentaris:
Excelente post, Roque, y excelente tema; en especial en estos tiempos cuando personalmente siento que la RSE está pasando de su etapa meramente teórica y unidireccional, a volverse algo comunicativo, interactivo y dialógico, cualidades estas que verdaderamente representan su esencia.
Tu escrito ha pasado a formar parte de mi material constante de lectura, y con toda razón.
Por cierto, si no tienes problema, me gustaría tomar tu entrada y publicarla en mi blog personal: Responsabilidad y Derecho, pero para eso quiero contar antes con tu consentimiento.
Ya por otra parte, permíteme enviarte por este medio mi más sincero saludo de bienvenida. Mi nombre es Carlos Javier Delgado, soy colombiano, pero estoy radicado en Argentina, y colaboro con la edición colombiana de Blog Responsable. Estoy contento de saber que nuestro esquipo está creciendo, y que a él se están vinvulando personas tan interesantes y con tanto que aportar, como tu. Me pongo a tus órdenes para cualquier cosa en la que creas pueda serte útil.
Saludos y felices fiestas!
Ah! Roque, una cosa que se me quedó en el tintero, ¿Sabes si existe la manera de acceder en línea al texto de “El arte de la persuasión en tiempos de incertidumbre”?
Quedo pendiente de la respuesta, y de nuevo gracias.
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